Este vendedor, a quien llamaremos Martín, ofrecía un juego para café muy original, pero nos contó que no lo usaba porque “no entra dentro de nuestro día a día” y por eso lo vendía. Según él, “las cosas están para usarse.”
Entrando ya en materia sobre por qué había puesto la palabra “diseño” en el anuncio, nos dijo que a ellos les gustó mucho “porque es algo diferente. Desde el punto de vista estético, se sale de lo común. Es algo que no entra en lo cotidiano. Para mí algo que se sale de lo cotidiano, que tiene un punto de diferencia, es algo con un plus de diseño.”
Para Martín, “el diseño está ligado a la innovación, a algo diferente, en avanzar hacia adelante” y tiene mucho que ver con resolver necesidades: “es el pensar qué hacer para satisfacer a tu clientela o a tu nicho de mercado”. En el caso de una experiencia bien diseñada, según él es “cuando llegas y dices ¡uala! porque se sale de lo cotidiano”.
Pero al reflexionar más en profundidad, en realidad Martín añadió que “todo es diseño, todo lo que hay alguien lo ha diseñado, alguien lo ha pensado y alguien lo ha fabricado”, y que en realidad “lo que pasa es que utilizamos el término diseño, la mayoría de los comunes, cuando algo se sale de lo cotidiano. Pero al final diseño como tal, para construir cualquier cosa, hay un diseño previo.”
Como si la palabra diseño a veces implicaría cosas diferentes, según si se usa el sustantivo “diseño”, o si se usa el verbo “diseñar”. No todo es de diseño, pero todo ha sido diseñado.
Y, según Martín, lo que hace “un buen diseño o un mal diseño es si esas ideas dan sus frutos”, es decir que eso que hemos pensado, prototipado y construido “sea práctico y tenga aceptación”. Porque por muy “uala!” que sea, si no se usa… se acaba vendiendo por Wallapop 😉
¿Cuándo fue la última vez que dijiste “uala” y por qué?