Hoy os traemos la historia de la vendedora de un “pantalón de diseño”. Nos encontramos en los Jardines de Albia para preguntarle por qué lo vendía y charlar sobre diseño. La llamaremos Alba.
Nos cuenta que este pantalón lo compró porque le gustó, lo vio en un mercadillo a un precio mucho más bajo que su etiqueta, y al no ser su talla lo cogió para su hermana, pero no le quedaba bien, así que lo puso de nuevo a la venta. Para ella, el diseño es “darle algo de arte a un producto que tiene el mismo servicio que un pantalón normal y corriente”. Dice que este pantalón “se ve que se ha hecho con cariño” y que “todo este trabajo de pasamanería le da un valor añadido”.
Más adelante nos cuenta que a ella le falta “la imaginación que tienen los diseñadores”, que un/a diseñador/a “le da una fantasía, una estética diferente de su imaginación, lo ve distinto”, algo que ella valora mucho. También asocia el diseño al cambio, “un diseñador rompe con lo anterior”.
Según Alba, ahora hace falta diseñar “unas ciudades más amables, que sea fácil para el ciudadano”. “Bilbao está siendo cada vez más amable, en la calle, en los parques, en las aceras, cada vez hay más gente, gracias a Dios, se van quitando coches del centro y están haciendo más calles peatonales, hay más terrazas… te hacen poner una sonrisa, aunque entiendo los problemas de quejas pero la ciudad como tal sí que es más amable.” Sobre estas quejas, también añade, “a la mínima que entres a las redes sociales, está la gente enfadada, pues eso que después de la pandemia que íbamos a ser todos maravillosos…”
Y esto nos lleva a preguntarnos, ¿qué ciudad podemos hacer para la gente enfadada? Según ella, “la gente enfadada nunca va a tener una ciudad sonriente, porque están cabreados por todo. Si hoy llueve por que llueve, mañana por que le han puesto un toldo verde y ellos lo querían rojo, están enfadados por todo. Una ciudad sonriente sí que la disfrutan hasta encontrar alguna pega”. Lo que siempre ha defendido Alba es “el derecho a ser diferentes, el derecho de poder imaginarte, pues eso para mi es una ciudad sonriente”.
Finalizando ya la conversación, reflexiona sobre el diseño y sus valores: “El diseño tiene que funcionar, te puede gustar o no, tenerlo más cómodo o no, pero te tiene que funcionar.” Para Alba, “el ecologismo, animalista, los niños lo primero, yo creo que son los valores que están manteniendo a la gente en sus cabales y no nos estamos volviendo locos. ¿Cómo es eso que dicen?, hay una frase de Spiderman, algo como: yo soy tu valiente y amable vecino, pues un vecino en todos los portales.”
Nos quedamos reflexionando sobre las ciudades sonrientes y los vecinos en los portales. ¡Gracias Alba por tu sonrisa y tus aportaciones!